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Punto de partida

Diez fondos les cerraron las puertas y ahora levantaron ronda de US$ 2 millones

Diez fondos les cerraron las puertas y ahora levantaron ronda de US$ 2 millones

ObraLink nació en Inglaterra pero fue creada por chilenos. Busca automatizar tareas en la construcción. Tras estar a meses de apagar las máquinas, acaban de firmar cheques con Cemex Ventures, Carao Ventures, Echeverría Izquierdo y Grúas M10. La idea partió tras una visita a la planta de Land Rover y ya tiene contratos con las principales constructoras e inmobiliarias del país.

Por: Juan Pablo Silva | Publicado: Sábado 29 de octubre de 2022 a las 21:00
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El 2017 el ingeniero civil Emiliano Pinto dejó su trabajo en Sirve Ingeniería (firma de desarrollo tecnológico fundada por Juan Carlos de la Llera) para irse a estudiar un magíster en tecnología de manufacturas en la Universidad de Manchester. Vendió su auto y con ahorros para un año partió con su señora y dos hijos. El plan era volver a esta misma empresa al año siguiente.

Sin embargo, una visita a la planta de Land Rover cambió el panorama. Durante los primeros meses del curso, Pinto y sus compañeros recorrieron el lugar de producción del gigante automotriz inglés. La idea era aprender cómo automatizan los procesos y fabrican los autos y ver la tecnología detrás de éstos.

“Me llamó la atención que en la línea de producción tenían una serie de robots monitoreados por cámaras térmicas que definían cuándo el robot se calentaba y debería parar”, recuerda el CEO de ObraLink. “Levanté la mano y pregunté cómo se hacía todo esto”. La respuesta fue: con una cámara infrarroja en línea. Además, cada 50 metros había un humano monitoreando, poco personal y mucha tecnología. Esto le hizo pensar cómo podría aplicarse a su industria.

Tomó un curso de tomografía infrarroja para aprender a medir temperaturas en las obras y ese mismo fin de semana se puso a programar un algoritmo que detecte dentro de una imagen térmica solamente al hormigón. “Casi accidentalmente, después de tres meses logré un producto”, afirma Pinto. Se lo comentó a su profesor de la Universidad y éste le dió acceso al laboratorio. Hicieron pruebas en tres hormigonados y el sistema funcionó.

El primer fondo e inversionista

En septiembre de ese mismo año, con los estudios terminados, le presentó a la escuela de negocios de la universidad el proyecto y éstos se convencieron de que era una buena idea apoyarlo. Esto venía con la posibilidad de extender la visa por tres años, usar las oficinas y recursos del recinto y $3,5 millones para partir.

A principios del año siguiente su amigo y compañero de Universidad Juan Carlos Férnandez lo contactó porque le habían dicho que estaba desarrollando aisladores térmicos, y quería invertir. “Eso fue antes de Manchester”, respondió el ingeniero, y le explicó el proyecto que estaba trabajando en ese minuto. Al instante se sumó al primer inversionista (actual CFO) e hicieron un trato, si lograban patentar la tecnología de medición de temperatura de hormigones, desarrollaban la empresa. A finales de ese año recibieron una respuesta positiva de la INAPI.

Al mismo tiempo el CEO se puso a reclutar equipo. Contrató a Marco Rodríguez, un mexicano que estaba terminando su doctorado en electrónica y a quien había conocido allá para que fuera el jefe de hardware. Posteriormente sumó a los ingenieros Juan Pablo Herranz y Henry Saby (CTO), este último se fue a vivir a Inglaterra porque la condición de emprendedores les permitía otorgar visas.

Desarrollaron un primer prototipo y lo pilotearon en Madrid por cuatro meses con Sacyr. Dio resultados, pero confirmaron muchas mejoras que tenían que hacer en el equipo y que deberían desarrollar en el software.

Diez portazos de fondos chilenos

Salieron a levantar capital en Chile. Durante el 2019 se juntaron con 10 oficinas de venture capital del país y todas cerraron las puertas “principalmente porque teníamos hardware (parte física)”, comenta Pinto. En general, en el país optan por softwares, porque son más escalables.

En el segundo semestre de ese año no lograron levantar fondos, y solo les quedaban dos meses de vida. “Ahora lo cuento con tranquilidad, pero estuve mucho tiempo sin dormir”, recuerda.

A principios del 2020 estaban listos para lanzar al mercado un dispositivo llamado Cibot, que se cuelga en las grúas y automatiza una serie de tareas diarias que deben ejecutarse en la construcción de una obra. Tiene cámaras térmicas, pesa nueve kilogramos y tiene 40 centímetros de alto. Dice el fundador que mide los avances de la construcción, ayuda a la planificación, entrega el estado de resistencia de los hormigones en tiempo real, ofrece un panel con la productividad de la obra y mide la operatividad de las grúas.

Llegó la pandemia y tuvieron que postergar su salida al mercado, sin embargo -dice Pinto-, “esto nos dio más tiempo para perfeccionar el producto”. Recurrió a contactos en sus trabajos anteriores y empezaron a pilotear Cibot en obras de Echeverría Izquierdo, Siena e Ingevec. Les cobraban 25 UF por proyecto. A las tres empresas les gustó el resultado y contrataron a Obralink para sus siguientes proyectos. Echeverría Izquierdo estimó que se podrían ahorrar entre 5% y 10% de los costos en una construcción.

US$ 2 millones de inversión

Con esos antecedentes, a mediados del 2021 postularon a un concurso de Cemex Ventures (el área de inversiones en startups de la constructora mexicana) y fueron uno de los 10 seleccionados. Eso les abrió las puertas a conversar con ellos, y durante cuatro meses probaron el producto en obras en el país azteca. Al terminar, decidieron invertir US$ 500 mil en los chilenos y comercializar Cibot.

Las buenas noticias siguieron llegando, y dos meses después se contactaron con Carao Ventures -el fondo costarricense que ha invertido en Philippo, Floid, Megabyte y ClicOh- y firmaron un cheque de US$ 300 mil. Al mismo tiempo sedujeron a Echeverría Izquierdo, que invirtió US$ 200 mil con la condición de que empiecen a trabajar un producto para la industria minera. Y la firma Grúas M10 apostó US$ 1 millón para diversificar su oferta.

Actualmente tienen 40 dispositivos activos, están trabajando con 13 constructoras e inmobiliarias -entre ellas Echeverría Izquierdo, EBCO, Siena e Ingevec-, tienen proyectos en Perú, México y España, trabajan en el proyecto de Territoria y su MRR (ingresos mensuales recurrentes por sus siglas en inglés) es de US$ 40 mil los últimos seis meses. En su primer año vendieron US$ 500 mil y para diciembre proyectan tener 60 dispositivos e ingresos mensuales de US$ 85 mil.

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